La persona que me recomendó, hace muchos años, a Katherine Mansfield ya está muerta. Pero cada vez que leo algún cuento de esta genial neozelandesa, aparece esa amiga alemana que me dejó un mundo imborrable en la memoria.
" Y ambos callaron.
El sol había se había ocultado. A poniente se divisaban grandes masas de nubes aplastadas, teñidas de rosa. Amplios rayos de luz refulgían entre ellas y aún más allá, como si quisieran extender su manto por todo el cielo. El azul empezaba a palidecer, se convirtio en un pálido dorado, y la maleza que se recortaba contra él centelleó ocura y reluciente como un metal. A veces esos mismos rayos de luz que cruzan el cielo tienen un aspecto horrible. Le recuerda a uno que Jehová, el Dios celoso, el Todopoderoso, está sentado en lo alto.Y que jamás nos pierde de vista, que nos contempla sin descanso. Nos recuerda que, cuando vuelva, toda la tierra se estremecerá y se convertirá en un enorme cementerio; y ángeles deslumbrantes y frígidos nos llevarán hacia acá o hacia allá, y no habrá tiempo de explicar...
Pedro ahora a Linda le parecía que había algo infinitamente alegre y enternecedor en aquellos destellos plateados. El rumor del mar se había apagado. Su aliento era suave, delicado, como si quisiera recabar aquella belleza tierna, gozosa, para su propio seno "
Katherine Mansfield (1888-1923)
1 comentario:
Aviva la memoria y los recuerdos venir por aquí. Un gusto para la inteligencia.
Conocí a K.Mansfield por cómo pasó su último tiempo, antes que por su obra.
Gurdjieff, Fontainebleau.Un lugar donde se proclamaba vivir el mundo conscientemente, cada acto debía ser totalmente consciente. Dura labor a la que voluntariamente fue y donde decidió quedarse hasta la muerte, que ocurrió allí. Murió casi en un establo, en su afán por conseguir ese sueño.
Es largo y complicado de contar.
Luego leí sus cuentos al estilo Chejov, que me encantan.
Una gran literata y gran mujer que luchó por la libertad femenina y por su consciente comunicación y acción con el mundo, con la naturaleza.
Uff, vaya rollo, aunque podría seguir hablando de ella toda la noche.
Un saludo
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