Leí a Jonathan Franzen, hace algunos años, gracias a Gustavo Martín Garzo. Es autor que llega despacio y se acomoda mucho tiempo en tu casa. Logra reducir varios mundos en uno y lo hace con maestria e ironía. Me recuerda esas películas mudas a las que uno le ponía música mentalmente y, a veces, diálogos.
" Lo único que quiso mi padre en su vida fue dejar de ser un niño. Sus padres eran una pareja de escandinavos del siglo XIX atrapados en una lucha hobbesiana por imponerse en los pantanos del norte y centro de Minnesota. Su popular y carismático hermano mayor se ahogó en un accidente de caza siendo todavía joven. Su hermana pequeña, chiflada, bonita y mimada, tuvo una hija única que murió en un accidente de tráfico cuando tenía veintidós años. Los padres de mi padre también murieron en un accidente de coche, pero sólo después de haberle agasajado con prohibiciones, exigencias y críticas durante cincuenta años. Nunca dijo una palabra áspera contra ellos. Tampoco ninguna agradable... "
Jonathan Franzen.
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