Su mujer lo encerraba en el cuarto para que escribiera; era jovial y exquisito; escribió críticas, ensayos, novelas, poemas y relatos breves. Fue un maravilloso polemista y jamás abdicó de sus creencias. Chesterton es un escritor que nunca me aburre.
" Nos burlamos de los viejos caballeros que citan a Horacio mientras beben su oporto, como si sólo citasen a Horacio cuando este bebía su falerno. Olvidamos que citar a Horacio significa la mayoría de las veces citar grandes versos sobre Régulo que desafían la tortura en pro de la República o citar al poeta que regresa a los templos de los dioses de Roma. Si lo juzgamos por su ideal moral, que es la única manera justa de juzgar, el siglo XVIII no fue tan malo como lo hemos pintado nosotros; probablemente no fue tan malo como el nuestro. Hablamos de la corrupción política del siglo XVIII pero hablamos de ella porque el siglo XVIII la había discutido; la había denunciado, e incluso la había castigado. Grandes hombres como Marlborough y hombres poderosos como Dundas, se vieron obligados a renunciar, y con frecuencia se vieron obligado a devolver lo que no era suyo. Estaban mucho menos protegidos que los políticos corruptos de nuestra época, y no era una prueba muy satisfactoria de su artificiosidad y nuestro realismo que ellos se empolvaran la cabeza mientras nosotros blanqueamos las reputaciones "
G.K. Chesterton (1874-1936)
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