lunes, 9 de agosto de 2010

" LA ISLA Y LOS DEMONIOS "


Hay en Carmen Laforet un antojo de huida, de escapada sutil y melancólica. Miro sus fotos y en su rostro descubro una belleza serena a punto de romperse. Me gusta su compañía.

" El agua del mar estaba algunos días suave y templada; otros, fría bajo las nubes que corrían rápidas y revueltas. Todas las mañanas, Marta nadaba con Sixto hasta un pequeño muelle viejo y abandonado. Allí se sentaban los dos, mojados, risueños, juntos. El cuerpo siente una alegría, una serenidad especial después del ejercicio. Esta alegría flota alrededor de la carne joven, limpia y dorada, esta alegría hace compartir sonriente a dos muchachos el horizonte luminoso y la costa extendida junto al mar, y las salpicaduras de las olas. Fácilmente la vida se serena, los pensamientos son buenos, concretos, sin inquietud "

Carmen Laforet (1921-2004)

1 comentario:

Ula dijo...

¡Qué bonito texto!
Los demonios son así, aparecen cuando menos se les espera.
Aunque soy mujer, he aprendido a defenderme como D. Quijote: lanza en ristre, jajaja.
Un saludo