La obra de Gustavo Adolfo Bécquer es un reflejo de su vida. Bucador de la mujer ideal, melancólico y desengañado. De gusto exquisito, acertaba en sus amores tanto como en sus fracasos. Del inicio del amor por Julia Espín, nos informa su amigo Julio Nombela.
" Al llegar el otoño iba yo a buscar a Gustavo y elegíamos con frecuencia para pasear la montaña del Príncipe Pío (...) Cuando pasamos estaban asomadas a uno de los balcones del piso principal dos jóvenes de extraordinaria belleza, diferenciándose únicamente en que la que parecía mayor, escasamente de diecisiete o dieciocho años, tenía en la expresión de sus ojos y en el comjunto de de sus facciones algo de celestial. Gustavo se detuvo admirado al verla, y aunque proseguimos nuestra marcha por la calle de la Flor Alta, no pudo menos de volver varias veces su rostro, extasiándose al contemplarla. Había visto en ella la encarnación de la Ofelia y la Julieta de Shakespeare, la Carlota de Goethe, y sobre todo la mujer ideal de las leyendas que bullían en su mente "
( Foto de Eduard Steichen)
1 comentario:
Qué título tan evocador, paseé muchas veces por esa calle de nombre tan florido.
De Becquer me gustan mucho las leyendas y particularmente las "Cartas desde mi celda":
"Estaba despierto, pero mis ideas iban poco a poco tomando esa forma extravagante de los ensueños de la mañana, historias sin principio ni fin..."
Un saludo
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