Eran otros tiempos, tiempos de desengaños y apariencias; un poeta sueña en Arcos de la Frontera y sabe que su destino está en esas calles que lo niegan, lo espantan y lo destruyen. Julio Mariscal no pudo huir, salvo con sus versos...
" Te quería , lo sé.
Lo supe luego, cuando tu ausencia reposó mi sangre.
Pero andaba la lepra del deseo tan aína en el labio
que iba a decir -estrella-,
y se trocaba en madrugada de coñac y sombra...
Y ahora que vuelve el viento de las cinco
a levantar castillos en mi frente,
y las nubes de otoño arremolinan tu recuerdo
en el cuerpo de mi mano,
necesito vestir mi voz de tarde
con citas y alamedas de domingo,
para decirte, amor, cómo te quise,
cómo te quiero todavía,
aunque sé que mi voz ha de perderse
en el largo sahara de tu olvido... "
Julio Mariscal Montes (1922-1977)
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