Y como siempre antes de dormir, un poema sacado al azar del cajón cubierto de hojas finas y profundas.
" Un pastel en los labios, un olvido
con nata en la memoria de la frente.
De chocolate y oro la pendiente
del seno, las ardillas del vestido.
La bizarra silueta del bandido
en los ojos. La imagen balbuciente
de aquel primer amor, su negligente
porte de adolescente forajido.
Fresas y soledad en las mejillas,
celofán de los hombros, tulipanes
de brisa y risa y mar y tierna veda
de minúsculos tigres, o abubillas
al acecho de fieros gavilanes.
El cremoso susurro de la seda "
Luis Alberto de Cuenca.
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