domingo, 26 de octubre de 2008

SAFO.



Solamente queda un breve diálogo entre ellos, pero siempre he sospechado que pudieron ser amantes. Alceo y Safo, ambos poetas, se admiraban; Safo le dice :

"Quisiera decir algo, y me lo impide
la verguenza..."

Y Alceo interrumpe :

" De ser tu afán por algo noble y bello,
de no tener la lengua en cosa mala,
no velara tus ojos la verguenza,
sino que me expondrías tu demanda..."

(Versión de Carlos García Gual)

Safo, pertenecía a una noble familia de Lesbos, estuvo casada con un tal Cérciles y tuvo una hija de nombre Cleis; se conservan algunos versos de diálogos con su hija, al igual que los epitalamios que escribía para las bodas de sus alumnas, poco más. Casi íntegros quedan dos poemas muy conocidos. Esta noche me apetece leer el llamado " Efectos del amor", en una versión de Juan Ferraté.

" Me parece el igual de un dios, el hombre
que frente a ti se sienta, y tan de cerca
te escucha absorto hablarle con dulzura
y reirte con amor.

Eso, no miento, no, me sobresalta
dentro del pecho el corazón ; pues cuando
te miro un solo instante, ya no puedo
decir ni una palabra,


la lengua se me hiela, y un sutil
fuego no tarda en recorrer mi piel,
mis ojos no ven nada, y el oído
me zumba, y un sudor


frío me cubre, y un temblor me agita
todo el cuerpo, y estoy, más que la hierba,
pálida, y siento que me falta poco
para quedarme muerta "


Safo (612 aC-548 aC)

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