En estos días, opinan y discuten en los medios (des)informativos de la "Memoria histórica", y no lo entiendo. Azaña decía que " me dejen donde caiga" y, para mí, un cuerpo muerto es nada, polvo derramado. A mis deudos que pasaron al Oriente eterno les debo recuerdo y consideración, y no sé de lilas y malvas.
Mi amiga Hannah Arendt, lo expresaba muy bien :
" La historia es un relato que tiene muchos comienzos y ningún final "
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