Ernst Jünger es siempre buen acompañante nocturno, se puede escuchar el eco de su canto, un eco que permanece. Era un sabio y un esteta; en sus pensamientos y máximas siempre hay perlas.
" Hay que prestar atención a los presagios, a los no solicitados con mayor atención que a los solicitados. Los antiguos asignaban más fuerza predictiva al vuelo de las aves y a los rayos que a la inspección del hígado y al sacar suertes. Sin que se lo solicite, viene también el sueño.
Para los signos vale el dicho de Sócrates, que su Daimonion le hacía no tanto predicciones cuanto advertencias. Al caminante en cuya senda se cruza un gato negro no es preciso que le acontezca ninguna desgracia, pero tal vez pueda evitarla : el azar se lo ha advertido. Goethe volvió atrás cuando, al comienzo de su viaje planeado con mucha anticipación para encontrarse con Marianne, se le rompió una rueda del carruaje.
En el desayuno se vuelca el salero : se dice que eso significa una riña. Haremos bien , entonces, en ser cuidadosos en la conversación . Hay que sospechar una conexión ; tal vez hay viento norte, nosotros estamos más dispersos y excitables que de ordinario "
Ernst Jünger (1895-1898)
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