sábado, 18 de octubre de 2008

MADRIGALES.



Murió en un lance de amor, en México allá por 1557. Fue soldado y poeta, algo común en muchos buscadores de gloria y fortuna. En Italia tuvo amores con una dama de familia papal y en sus diecisiete epístolas, reitera pasiones desbordadas. Gutierre de Cetina acompaña la tarde lluviosa y mansa, tarde con ojos claros y bellos...


I


"Ojos claros, serenos,
si de un dulce mirar sois alabados,
¿por qué , si me miráis,miráis airados?
si cuanto más piadosos,
más bellos parecéis a aquel que os mira,
no me miréis con ira,
porque no parezcáis menos hermosos.
¡ Ay tormentos rabiosos !
Ojos claros, serenos,
ya que así me miráis, miradme al menos.

II


" No miréis más, señora,
con tan grande atención esa figura,
no os mate vuestra propia hermosura.
Huid , dama, la prueba
de lo que puede en vos la beldad vuestra,
y no haga la muestra
venganza de mi mal piadosa y nueva.
El triste caso os mueva
del mozo convertido entre las flores
en flor, muerto de amor de sus amores.

III


" Cubrir los bellos ojos
con la mano que ya me tiene muerto,
cautela fue por cierto,
que así doblar pensaste mis enojos.
Pero de tal cautela
harto mayor ha sido el bien que el daño,
que el resplandor extraño
del sol se puede ver mientras se cela.
Así que aunque pensaste
cubrir vuestra beldad, única, inmensa,
yo os perdono la ofensa,
pues , cubiertos, mejor verlos dejaste.

Gutierre de Cetina ( sobre 1520-1557)


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