viernes, 2 de abril de 2010

TRABAJAR Y AFANARSE...


He conocido a diletantes con títulos universitarios que no sabían nada de nada, salvo aparentar. Leer a Delibes es siempre un regalo.

" Pero a Daniel , el Mochuelo, le bullían muchas dudas en la cabeza a este respecto. El creía saber cuanto puede saber un hombre. Leía de corrido, escribía para entenderse y conocía y sabía aplicar las cuatro reglas. Bien mirado, pocas más cabían en un cerebro normalmente desarrollado. No obstante, en la ciudad , los estudios de Bachillerato constaban, según decían, de siete años y , después los estudios superiores, en la Universidad, de otros tantos años, por lo menos. ¿ Podría existir algo en el mundo cuyo conocimiento exigiera doce años de esfuerzo, tres más de los que ahora contaba Daniel? Seguramente, en la ciudad, se pierde mucho el tiempo-pensaba el Mochuelo- y, al fin de cuentas, habrá quien, al cabo de catorce años de estudio, no acierte a distinguir un rendajo de un jilguero o una boñiga de un cagajón. La vida es así de rara, absurda y caprichosa. El caso era trabajar y afanarse en las cosas inútiles o poco prácticas "

Miguel Delibes (1920-2010)


1 comentario:

Diseño y ARTquitectura de Interiores dijo...

Una vez me contaron una historia, que no sé si es cierta, pero que he intentado tener siempre presente.

Decía que había, en la España de la postguerra, un pueblecito de la España interior, que estaba atravesado por un río.

Todos los campesinos, al alba, tenían que utilizar los servicios de un barquero y su barca.

De igual modo, el maestro que todos los días tenía que cruzar el río para poder llegar a la escuela, entabló cierta amistad con el barquero.

Un día el maestro le comentaba al barquero, mientras cruzaban el río:

"Y tú, Juan, ¿no sabes leer ni escribir?"

"Pues no, señor maestro. En mi casa teníamos que trabajar todos para poder comer todos los días. Desde pequeño ayudaba a mi padre en el molino, y después empezé a trabajar aquí con la barca, desde el alba a la puesta de sol"

"Pues has perdido media vida con no haberlo hecho"... le decía el maestro.

En ese momento, y cuando estaban justo en mitad del rio, el barquero se percató de que la barca hacía agua y que irremediablemente se hundirían.

"Don José...¿sabe usted nadar?", le preguntó el barquero.

"No, yo no he tenido tiempo de aprender a hacer esas cosas. He pasado toda mi vida estudiando."

"Pués D.José, yo habré perdido media vida con no haber aprendido a leer y escribir, pero usted la va a perder entera con no haber aprendido a nadar" ¡Y así fué!

Siempre me hizo mucha gracia esta historia, porque es cierto que todo el mundo puede enseñarnos algo, aunque no sepan leer ni escribir.