No es mala huida perderse en " Los diarios" de Jiménez Lozano, compañero de Delibes en el periódico " El norte de Castilla" y conocedor profundo de la lengua y sus paisajes.
" Las manos de una mendiga, abandonadas sonbre el halda, mientras dormita sentada en la puerta de una ermitilla y con su blanca cabeza apoyada en una de las jambas, parecen manos a la vez inocentes y estrujadas, y poderosas. Como unas manos de reyes antiguos, que la imponían sobre la cabeza de sus súbditos para sanarlos. Están algo hinchadas y sus dedos son de un tinte violáceo. No son manos para andar con sedas y encajes o posarse sobre un piano, pintar, bordar o sostener un libro, son de esa otra clase de manos que sostienen al mundo y luchan contra el tiempo y la muerte : las manos que lavan y friegan, amasan y amortajan. Y, extendidas para pedir, parece que sobre ellas hay un peso invisible "
José Jiménez Lozano.
1 comentario:
Que bueno José María. Estas cosas con tanta belleza merecen compartirlas (o será que me dan la mano y cojo el brazo). Que el mundo se empolve de belleza!!!
Un beso
Carmen Pulido
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