Ante la zafiedad y chabacanería que nos rodea, la televisión es pura muestra, es mejor huir. La tarde me trae a un confesor, Fray José de Sigüenza.
" Partió su Majestad de Valladolid por fin de octubre de cinquenta y seys, y pasó un puerto muy aspero que llaman en aquella tierra el Puerto nuevo, que aunque los de Plasencia hizieron quanto pudieron para facilitarle, fue menester en muchos passos dificiles llevarle a manos en una silla. Encareciendo algunos la aspereza del camino, y de tan mal puerto, dixo su Magestad : No passare ya otro en mi vida sino el de la muerte, y no es mucho que tierra tan buena y sana como la de Yuste, cueste cara de alcanzar "
" ... junto a la ventana de su aposento un hortezuelo que allí esta, entre otras flores avia un lilio blanco, o como dezimos en el vocablo Hebreo o Arabe, azucena; al principio del verano arrojo dos tallos juntos, el uno dellos vino a echar la flor por su curso natural, abueltas de la fiesta del Corpus, como las otras suelen arrojar la flor en aquel tiempo. El otro tallo detuvo el boton en que se encierra aquella espuma blanca, de que se hazen las hojas de la flor, todo el Verano y el Estio, aunque no le faltava agua ni sol, ni el regalo que a su compañero, cosa en que avian mirado muchos, y la misma noche en que salio aquella alma candida del Cesar, de la vayna o funda de aquel cuerpo, broto tambien aquella flor que ha sido entre todas las naciones Griegas, Latinas y Hebreas, symbolo de esperanza "
Fray José de Sigüenza (1544-1606)
No hay comentarios:
Publicar un comentario