Con el té y la música me acompañan " Prosas apátridas", de mi admirado Ribeyro. La tarde tiene una luz que se difumina al mezclarla con los recuerdos.
" Lo difícil que es enseñarles a perder a los niños. Jueguen a los soldados, a las damas, al monopolio o a las cartas, no admiten otra posibilidad que la victoria. Cuando ésta se revela imposible, tratan de rescatarla con alguna estratagema, abandonan el juego antes de que se defina o proponen otro en el que están seguros de ganar. Pero con el tiempo llegan a comprender que también existe la derrota. Entonces su visión de la vida se ensancha, pero en el sentido de la sombra y el desamparo, como para aquel que, habiendo siempre dormido de sol a sol, despertara una vez a mitad de su sueño y se diera cuenta de que también existe la noche "
Julio Ramón Ribeyro (1929-1994)
1 comentario:
nadie quiere admitir una derrota, cuando perdiendo es como se aprende a ganar...todos sabemos en nuestro interior cuando hemos perdido, por mucho que lo disfracemos, eso es lo que tiene ser un ser humano.
no sólo los niños son así.
un beso, Almirante
Publicar un comentario