
Cuando se está en un tribunal de oposiciones, hay que estar con buena voluntad y ánimo glorioso. El almuerzo de hoy ha sido en un restaurante llamado "El palacete", un maravilloso sitio para el deleite y la apertura de apetitos. El vino de Jumilla y de nombre "Juan Gil", es indescriptible, tiene todo y te deja una especie de regusto para la sobremesa.La crema de calabaza(huelgan ironías opositoriles), algo sublime al igual que el cochinillo. El tiramisú en su punto y nada empalagoso. Recomiendo el sitio, merece ratos y alabanzas...
Hace calor en Málaga, apetece música y un café; este ciber lleva nombre de añoranzas.
1 comentario:
Tus escritos acompañados de la música, creo que son pequeños placeres a dos de nuestros sentidos…..el visual y el auditivo
marga
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