sábado, 7 de junio de 2008

LAS TIENDAS DE COLOR CANELA.




La frágil luz de los días de entonces era de color canela. Un color que conocía muy bien Bruno Schulz.

¿Cuándo nos hicimos amigos? Debió ser un verano, una noche rondeña cerca de "los ocho caños", tomando cervezas y pipirrana. Esas cosas nunca se olvidan.



La mayoría de sus escritos y cuadernos, lo destruyeron las SS; también muchos de sus grabados y dibujos murieron con el fuego y la rapiña demoníaca. El oficial nazi que le pegó un tiro en la nuca, en el ghetto de Drohowiez, nunca supo que mataba a un ángel...



Me encantan sus libros. Ahora que es la feria de los libros en Madrid, no estaría mal que algunos buscaran a mi amigo para invitarlo a unas cervezas. Basta llevar sus libros y pensar en él.


" ...Los sábados por la tarde mi tío Karol hacía una larga caminata para ir a visitar a su esposa e hijos, quienes pasaban las vacaciones en un balneario cercano. Desde la partida de su esposa la casa estaba sin limpiar y la cama sin hacer. Mi tío regresaba siempre a una hora avanzada de la noche, fatigado y deshecho por las borracheras nocturnas a que lo llevaban los días calurosos y vacíos. Las arrugadas, frías y revueltas sábanas eran para él entonces una especie de dulce puerto, la isla de la salvación a donde arribaba con el último resto de fuerzas, como un naúfrago llevado a la deriva durante muchos días y noches por un mar agitado..."

Bruno Shulz(1892-1942)


No hay comentarios: