En su " Risala apologética ", Ibn Hazan, comenta la conocida expresión de que " nadie es profeta en su tierra".
" Esto es particularmente verdad en España. Sus habitantes tienen envidia al sabio que entre ellos surge y alcanza maestría en su arte; tienen en poco lo mucho que pueda hacer, rebajan sus aciertos y se ensañan, en cambio, con sus caídas y tropiezos, sobre todo mientras vive, y con doble animosidad que en cualquier otro país... Si la muerte le lleva luego por el camino de descollar claramente sobre sus émulos...,entonces se le declara la guerra al desgraciado, convertido en pasto de murmuraciones, cebo de calumnias, imán de censuras, presa de lenguas y blanco de ataques contra su honor... Aunque sea hombre señalado y campeón en su ciencia, caso de no tener con el poder público relaciones que le procuren la dicha de salir indemne de los peligros y escapar de las desgracias, si se le ocurre escribir un libro, lo calumniarán, difamarán, contradirán y vejarán... Tal es, entre nosotros, la suerte del que se pone a componer un poema o a escribir un tratado: no se zajará de estas redes ni se verá libre de talas calamidades, a no ser que se marche o huya o que recorra su camino sin detenerse y de un solo golpe "
Ibn Hazam ( 994-1063 )
( Foto de Ramón Masats )
2 comentarios:
Muy certero Ibn Hazam. Retrata perfectamente nuestra sociedad actual y concretamente la cordobesa, tan cerrada y de lengua viperina.
Pero, hay que creer en el ser humano.
He vivido en Córdoba, señor/a anónimo/a y no concretizaría tanto, pues ahí, como aquí, como allá, tanto como en acullá, Ibn Hazam es voz, como tantas otras.
Cerradas y de lengua viperina, haberlas hay por doquier.
¿Creer en el ser humano? Depende...
Saludos, ya que usted ni se presenta ni se despide. Ay que ver cómo está la cosa.
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