Oyendo a los actuales políticos españoles, uno descubre muchas cosas; entre ellas, su pésima oratoria y pobreza idiomática. Es lamentable que siempre lean discursos que otros, les preparan. Sus conocimientos de la realidad y de lo que nos espera, deja mucho que desear.
Tenía ganas de volver a " El orador ".
" Efectivamente, el orador elocuente debe sobre todo poner en práctica la sabia habilidad de adaptarse a las circunstancias y a las personas. Y es que no siempre , ni ante todos los auditorios, ni contra todos los adversarios, ni en todas las defensas , ni para todos, se debe hablar, pienso, de la misma forma. Será, pues, elocuente aquel que pueda acomodar su discurso a lo que es conveniente en cada caso. Y cuando tenga esto claro, entonces dirá cada cosa como hay que decirla, y no dirá con sequedad lo pingüe, ni con pequeñez lo grande, ni a la inversa, de acuerdo con el propio contenido. Los exordios serán moderados, sin que tengan todavía palabras encendidas sino agudos comentarios destinados a desacreditar al contrario o a disponer al auditorio en favor de uno mismo. Las narraciones serán verosímiles y expuestas con claridad en el estilo, no historiográfico, sino casi convencional. Después, si se trata de causas sencillas, el hilo de la argumentación será también sencillo, tanto a la hora de desmostrar como a la hora de refutar y esto se ha de observar de tal forma que a medida que sube en importancia el contenido así también subirá el tono del discurso... "
Marco Tulio Cicerón ( 106-43 a.C )
( Foto de David Simonton )
1 comentario:
"...su pésima oratoria y pobreza idiomática."
Eso es lo que me jode, Almirante, que, aunque una se haga la tonta con el contenido, al menos pudiera disfrutar de un buen discurso.
Me quedo escuchando porque Dido y Eneas son debilidades.
Buenas noches
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