Con Wenceslao Fernández Flórez, uno no se puede aburrir. Sus crónicas son estudios del alma; sus novelas, de las mejores de la literatura española del pasado siglo. No hay en Wenceslao nada superfluo, todo encaja.
" Al anochecer solían verse los enamorados. Atravesaban la amplia playa e iban hacia los andenes que orillaban el mar. Alzábase la ciudad en una península, y a uno y otro lado las agias formaban dos senos : en el mayor y más resguardado agolpábase todo el tráfico marítimo : grúas chirriantes, malecones ennegrecidos por el carbón, muelles laboriosamente asentados entre las arenas, y sobre el mar las lucecitas de los grandes buques y el cabeceo continuo de las lanchas, que, cuando se movían al impulso de los flexibles remos, eran como un enjambre de moscas de río, yendo y viniendo y entrecruzándose en la vastedad de la bahía... "
Wenceslao Fernández Flórez ( 1885-1964 )
( Foto de John Gutman )
Händel - Concerto Grosso no 5 In D, Op 6 5 4 Largo.
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