Leer a Pablo García Baena es un regalo. Lo veo por Córdoba, ensimismado y tranquilo, paseando por las calles de la memoria.
" Huésped ligero el otoño llega
silencioso hasta Málaga. Yo rezo
por sus vendas benéficas de lluvia
fajando el dulce corazón maltrecho
del verano y su carne. Beso llamas
en las murientes hojas del recuerdo.
Adiós, fría glorieta. Sobre el banco
extiende octubre harapos verdinegros.
Caen frutos y pájaros. La niebla
cicatriza los besos "
Pablo García Baena.
( Foto de Ilse Bing )
1 comentario:
P. García Baena, pasea ahora por Córdoba (por la calles de la memoria) pero debía haberse quedado ahí, en Córdoba, en los años que lo necesitábamos, pero nos vimos solos en los 70´s porque todos desaparecieron (¿Miedos?).
Nos lo curramos solitos.
Que tenga buena vejez y buena muerte, ahora que acude a rememorar, que sus dioses le ayuden a bien morir.
"Vuélvete a la pared. Están los sueños
exhumando el espectro. Rosas abren
por las trompas. Estallan las carcasas
de primavera, besos, huellas fulgen.
Duerme. El velorio sigue de las flautas,
pavanas para un tiempo ya difunto,
barraganía inútil del recuerdo".
Saludos
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