Ante la mediocridad que se muestra por los escaparates de muchas librerías, uno no puede dejar de recomendar, siempre, a Juan Eduardo Zúñiga. Es Zúñiga uno de los grandes escritores actuales, su prosa es un canto a la belleza y al recuerdo. No tiene libros malos, siempre su calidad es alta.
" Cuando el día termina y todos sus temores y las humillaciones quedan veladas por un sopor de niebla entre las luces y los cansados ojos, entonces ha llegado la hora del desquite y paladea algunos tragos de vino mientras se quita el uniforme y despacio lo cuelga en una percha y se viste su ropa maltratada y así es él, tal como él se conoce, no con ropas de empresa, del local que entonces empieza a vaciarse de parroquianos para llenarse de otros que ya no necesitan sus servicios. Y aún en el guardarropa pone ya el anillo de vidrio en sus labios y bebe aquel brebaje que le sitúa en los umbrales de la noche.
Cuando la noche empieza y lentamente humean las tinieblas de las fachadas y por los portales y las caras se borran y el caminar se aquieta, entonces el alcohol da sus caricias, quema con alegrías interiores que llegan a la mente y pone las figuras más hermosas en el espejo de la memoria nuestra, pese a los sinsabores, y las palabras de los recuerdos toman nuevo sonido..."
Juan Eduardo Zúñiga.
( Foto de Marianne Breslauer )
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