jueves, 21 de octubre de 2010

LA DUQUESA DE PALLIANO.


Pocos escritores han demostrado tanta capacidad para observar eso que llamamos amor y sus consecuencias. Stendhal, en esto como en otras cosas, crea escuela.

" Un día en que la duquesa le había hecho llamar para darle una orden, se encontró solo con ella, cosa que no sucedía tal vez ni dos veces en todo un año. Cuando vió que no había nadie en la sala en la que la duquesa le recibía, Capecce se quedó inmóvil y silencioso. Fue hacia la puerta para ver si había alguien que pudiese escucharles en la sala contigua y después se atrevió a hablar así :

-Señora, no os turbéis y no acojáis con cólera las palabras extrañas que voy a tener la temeridad de pronunciar. Desde hace mucho tiempo os quiero más que a mi vida. Si, con demasiada imprudencia, me he atrevido a mirar como amante vuestras divinas bellezas, no debéis imputarme la falta a mí, sino a la fuerza sobrenatural que me empuja y me agita. Estoy en el suplicio, ardo; no pido alivio para la llama que me consume, sino sólo que vuestra generosidad tenga piedad de un servidor lleno de deferencia y humildad... "

Stendhal (1783-1842 )

( Foto de Gordon Parks )

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