Llego de Ronda y acudo a la cita dominical con la bitácora. Han sido días de paseos, reencuentros, procesiones casi olvidadas, bebidas y tapeo. El viernes santo, en la biblioteca del casino de Ronda descubrí un viejo libro que hablaba anónimamente de una ciudad, una ciudad que nunca pierde su encanto y su memoria...
" Ronda está escondida en un rompimiento de rocas, en plena serranía. Extraña ciudad que se agarra al bode de un barranco por cuyo fondo corre un torrente. Solo se comunica con el resto del mundo por senderos montañosos. El corte del Tajo separa las dos Rondas : la árabe con solitarias y tortuosas calles, con antiguas y nobles mansiones; y el Mercadillo, ciudad de comerciantes, fundada por los cristianos, con casas bajas a través de sus bien trazadas calles. Dos puentes la unen, atraviesa el precipicio, las paredes chorreantes de las cascadas. Catorce viejos molinos se agrupan allí como nido de golondrinas. Una escalera de 365 peldaños tallados en la roca conduce al río, pasando por la llamada " Casa del Rey Moro".
Los rondeños son montañeses , duros y ágiles, contrabandistas de corazón, rebeldes a toda contención. Entre ellos siempre encuentran refugio los fuera de la ley. Son hábiles en adornar caballos y en esto se emplean por los formidables dominios forestales que hay alrededor. Por los caminos muleros que suben a Ronda, por el alto Puente Nuevo sobre el barranco , ante los viejos conventos soñolientos, se encuentran largas caravanas de asnos cargados de serones , que traen de la vega los frutos y las legumbres..."
2 comentarios:
Algún día voy a ir a Ronda y seguro que te recordaré. La música que has elegido es una delicia.
Saludos
Tierra de contrastes.
Tierra de pocos términos medios.
Saludos
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