lunes, 27 de abril de 2009

SIROCOS Y ÁBREGOS.


Siempre me ha gustado leer a Josep Pla, creo que es un grandísimo escritor; su capacidad de observación bebe de la sencillez y de una sensibilidad llena de matices. Su sentido del humor es irónico y detallista. El " Quadern gris" es uno de los grandes libros con los que uno se encuentra en la vida y nunca se olvida.

" El régimen de vientos que impera en este país, en Barcelona concretamente, es un régimen de vientos del sur, sirocos y ábregos. Estos vientos transportan un grado de humedad que puede ser antipático a los reumáticos y a los propensos a la jaqueca, pero mantienen el tabaco en un estado admirable de conservación, de perfume y de sabor. La humedad evita que la hoja se vuelva como un pergamino, que se desconche, que se deshoje, que crepite. Cuando hace viento del Montseny-que es la tramontana local-, el tabaco, en Barcelona, no es, ni con mucho, de tanta calidad como cuando hace viento del sudeste. El clima de esta parte del mediterráneo, pues, permite fumar admirablemente. No es que sea un clima capaz de convertir el tabaco malo en buen tabaco. Esto sería excesivo. Lo que hace este clima es potenciar al máximo las buenas cualidades del tabaco. La hoja se mantiene densa, de una calidad de pulpa, oleosa, como si estuviera impregnada de una ligera oleoginosidad suavísima"
Josep Pla (1897-1981)

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