En un vieja libreta encuentro un texto de Camilo José Cela que me ha encantado, mi encantamiento viene por el retrato que hace de un genio y hombre bueno, Gaudí.
" Antoni Gaudí i Cornet, de oficio arquitecto y soñador, lo atropelló un tranvía, en Barcelona, en la calle de Cortes esquina a la de Bailén, el lunes 7 de julio de 1926, a eso de media tarde, cuando iba , como todos los días, al rosario de San Felipe Neri.
A Antoni Gaudí i Cornet, hombre de bien ( un ángel en la conciencia y un mendigo en la bolsa), nadie lo reconoció. Tres chóferes de taxi se negaron a llevarlo a la casa de socorro-aquests atropellats us ho embruten tot !- y media docena de almas caritativas, ¡ qué pena haber perdido sus nombres !, cargaron con él y su agonía a cuestas.
Mosén Parés , capellán custodio de la Sagrada Familia, la iglesia de Gaudí y en cuyos artesanos recovecos Gaudí vivía, se pasó la noche buscándolo por Barcelona y lo fue a encontrar- y a identificar : es ese viejecito de noble faz, escasas carnes y descuidada barba blanca- a la mañana siguiente, en el hospital.
Antoni Gaudí i Cornet, que vivió pobre y quería morir entre los pobres, murió rodeado de moribundos pobres, en el hospital de la Santa Cruz y San Pablo, a donde van a dar con sus pobres huesos quebrados, los pobres a los que la ciudad arrolla.
La cosa sucedió el jueves, 10, día de Santa Margarita. reina de Escocia. a la hora del rosario de San felipe. Poco antes, Gaudí tuvo unos momentos de claridad y sonrió como un San Francisco agonizante, a sus discípulos los arquitectos Sugranyes y Quintana. Fue enterrado dos días más tardes en el Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, en la cripta que él había levantado, con su fantasía mejor y más virgen y decidida, a los treinta y pocos años de edad.
A Gaudí lo lloró con lágrimas emocionadas y sinceras, toda Barcelona "
Camilo José Cela Trulock (1916-2002)
2 comentarios:
Da gusto leer a Cela. Me ha gustado mucho.
Saludos.
Y pensar que la gran obra de Gaudí, la Sagrada Familia, puede acabar en ruinas por las vibraciones del AVE.
Dios y el mismo Gaudí no lo quieran así.
Amén.
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