lunes, 4 de marzo de 2013
A LO DULCE DIJE AMARGO.
Atareado en asuntos vanos, llega Quevedo.
" Dije que una señora era absoluta,
Y, siendo más honesta que Lucrecia,
Por dar fin al cuarteto, la hice puta.
Forzóme el consonante a llamar necia
A la de más talento y mayor brío;
¡ Oh ley de consonantes dura y recia !
Habiendo en un terceto dicho lío,
Un hidalgo afrenté tan solamente
Porque el verso acabó bien en judío.
A Herodes otra vez llamé inocente,
Mil veces a lo dulce dije amargo
Y llamé al apacible impertinente.
Otros delitos torpes, feos, rudos,
Y llega mi proceso a ser tan largo,
Que porque en una oictava dice escudos,
Hice sin más ni más siete maridos
Con honradas mujeres ser cornudos.
Aquí nos tienen, como ves, metidos
Y por el consonante condenados.
¡ Oh míseros poetas desdichados,
A puros versos, como ves, perdidos ! "
( Foto de Giuseppe Leone )
Francisco de Quevedo y Villegas ( 1580-1645 )
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