Aguantar hasta el alba leyendo una novela es siempre recomendable, el día lleva otro color y la madrugada se viste de fiesta. " Envidia", de Yuri Olesha, merece dedicación y lectura apasionada, una lectura que nos lleva al fondo del alma.
" La aproximación a la vejez no inquietaba a Iván Bábichev. A veces, a decir verdad, salían de su boca quejas a propósito de lo rápido que pasa la vida, de los años perdidos y de su supuesto cáncer de estómago... Pero esas quejas eran demasiado desenfadadas, muy probablemente ni siquiera eran sinceras: quejas de carácter puramente retórico.
Solía ocurrir que se llevara la mano al lado izquierdo del pecho y preguntara sonriendo:
-¿ Qué sonido hace el corazón al desgarrarse?
En una ocasión, levantó la mano para enseñar a sus amigos la palma, donde las venas trazaban la forma de un árbol, y se lanzó a la siguiente improvisación:
-He aquí el árbol de la vida-dijo solemne-. Este árbol me habla más de la vida y la muerte que los árboles del parque que florecen y después se marchitan. No recuerdo exactamente cuándo descubrí que me crecía un árbol en la palma de la mano... Pero debió ser en aquella época maravillosa cuando el florecimiento y marchitamiento de los árboles no me hablaban aún de la vida y la muerte, sino del final y del principio del curso escolar. Entonces era azulado, ese árbol, azulado, bien perfilado, y la sangre (que por entonces yo creía que era azul y no un líquido) subía por él como el amanecer y confería al paisaje metacarpiano el aspecto de una acuarela japonesa... "
Yuri Olesha (1899-1960)
1 comentario:
Me ha encantado.
Un abrazo
Marisa
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