Los clásicos siempre acompañan, son oportunos y claros.
" Vos señor conde Lucanor, aconsejad a vuestro pariente que, si Dios le hizo vivir en una comarca donde no puede evitar el ser atropellado ni puede vengar como debería las ofensas que recibe, soporte unos y otras con paciencia, dando a entender que no le importan, mientras fueren tales que puedan disimularse sin grave quebranto, ya que, cuando uno no se tiene por ofendido y no se avergüenza, se puede ir tirando; pero cuando uno se da por ofendido o se tiene públicamente por perjudicado se hace necesaria la venganza. Por eso es mejor disimular todo lo que se pueda; pero si la cosa llegara a ser ofensa grande o perjurio grande, entonces debe aventurarlo todo y no disimular, pues es mejor perder lo de uno y morir defendiendo el derecho o la honra antes que vivir aguantando ofensas y atropellos.
El conde tuvo éste por muy buen consejo. Don Juan mandó escribir el cuento e hizo unos versos que dicen así :
Sufre las cosas en cuanto
debieres,
extraña las cosas en cuanto
pudieres "
Don Juan Manuel (1282-1348)
1 comentario:
Buen consejo, y buen texto.
Un beso.
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