En la calle Cerrillo de Ronda, había un horno de pan. De niño iba todos los días a comprar allí y escuchaba historias de esa calle. Nunca he olvidado los olores que desprendía el horno y a una vieja que compraba y reía cuando me acariciaba el pelo. Ya decía Rilke...
" Porque acaso no se es de ningún país
más que del país de la infancia"
Rainer Maria Rilke (1875-1926)
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