domingo, 14 de febrero de 2010

MARÍA ROSARIO.


Valle-Inclán era agudo observador y dominaba el ritmo literario. Me gusta el uso de la sinécdoque, el todo por la parte, y en sus sonatas hay ejemplos varios. Me quedo con la mano de María Rosario.

" Me detuve en la puerta, para acostumbrarme a la oscuridad, y poco a poco mis ojos columbraron la forma incierta de las cosas. Una mujer hallábase sentada en el sofá del estrado. Yo sólo distinguía sus manos blancas. El cuerpo era una sombra negra. Quise acercarme , y vi cómo sin ruido se ponía en pie y cómo sin ruido se alejaba y desaparecía. Hubiérola creído un fantasma engaño de mis ojos, si al dejar de verla no hubiera llegado hasta mí un sollozo. Al pie del sofá estaba caído un pañuelo perfumado de rosas y húmedo de llanto. Lo besé con afán. No dudaba que aquel fantasma había sido María Rosario "

Ramón María del Valle-Inclán (1866-1936)

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