Lidia era un poderoso reino situado entre Grecia y Persia. Su capital era Sardes, y a mediados del siglo VI antes de Cristo, reinaba en esas tierras un rey muy rico. Se llamaba Creso y su fortuna era demencial. Se sentía poderoso y feliz. Un día, llegó por esas tierras Solón y Creso le preguntó :
" Entre tantos hombres ,¿ has visto alguno hasta ahora completamente feliz? " Creso hacía esa pregunta al creerse el más dichoso de los hombres.
Solón que era sabio, le comentó que para él felices eran algunos atenienses, a los que había conocido y que habían muerto con honor y vida entregada, e insistió :
" Creso, ¿ a mí me hacéis esta pregunta; a mí, que sé muy bien cuán envidiosa es la fortuna, y cuán amiga de trastornar a los hombres ? Al cabo de largo tiempo puede suceder fácilmente que uno vea lo que no quisiera, y sufra lo que no tenía. Supongamos setenta años el término de la vida humana. La suma de sus días será de veinticinco mil doscientos, sin entrar en ella ningún mes intercalar. Pues en todos estos días no se hallará uno solo que por la identidad de sucesos sea enteramente parecido al otro. La vida del hombre, ¡ oh Creso!, es una serie de calaminades. En el día sois un monarca poderoso y rico, a quien obedecen muchos pueblos ; pero no me atrevo a daros aún ese nombre que ambicionáis, hasta que no sepa cómo habéis terminado el curso de vuestra vida... Antes de que uno llegue al fin conviene suspender el juicio y abstenerse de decir : " ¡ Soy feliz! "... En suma es menester contar siempre con el fin; pues hemos visto frecuentemente desmoronarse la fortuna de los hombres a quienes Dios había ensalzado "
Solón (639 a.C-560 a.C )
No cuento el final de Creso, pero Solón acertó en todo.
Escucha "Maria Callas. La mamma morta"
1 comentario:
No creo que la felicidad a la que alude Solón sea realmente "la felicidad".
Dias en los que uno piensa que no puede más el pecho de alegría, placer, gran bienestar; otros que están llenos de pesar.
Imagino que el cómputo al que se refiere el sabio es el que hay que tener en cuenta cuando se habla de un muerto.
La felicidad hay que hacerla real, día a día,conforme se vaya pudiendo.
Uf, vaya...
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