Siente uno asco de las argucias e indignidades de ciertos políticos sin oficio ni conocimientos. Deben usar buenas facas y ser melindrosos en las traiciones. Los periódicos cuentan sabrosas historias.
Vuelvo a la compañía de Juan Ramón.
" Ya sin cojerse el pelo, entregada, como estaba, bajaba al salón y se sentaba con él, vestido, flamante, en el sofá. Sus ojos buenos y bellos habían ya perdido el sueño que necesitaban para el trabajo.
Y sin saber bien el español, en torpes palabras y jiros absurdos, lloraba más que hablaba, aunque sin lágrimas aún- ¿ son las lágrimas el llanto ?- , su grito de fortaleza digna.
A él, egoísta, más que el dolor le impresionaba el ridículo. Y el dolor que se quedaba solo como un río sin nadie y se iba al mar solo de amargura. Al fin ella se echó sobre el cojín sollozando, en un semiidioma y él de pie, irónico y sin querer, y sin poder llegar a la tristeza "
Juan Ramón Jiménez ( 1881-1958 )
( Foto de Lillian Bassman )
3 comentarios:
Sinceramente, no entiendo bien a qué políticos en concreto se refiere usted aunque viene bien para casi todos.
Bonito texto de JRJ aunque no sé si son erratas los empleos de la j por la g.
Saludos
Ula, Juan Ramón Jiménez, nunca usaba g, siempre j.
Saludos.
José María.
¡Qué chulada!
Se pasaba la ley gramatical por los... jaja
Saludos
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