En " Acercamientos " Jünger nos cuenta sus experiencias en los paraísos artificiales. Profundo conocedor de las drogas, es curioso aventurero que conduce y avisa.
" Se trata de conocimientos ulteriores : esclarecimientos. El éter es una sustancia ligera e inflamable; quien la elige como vehículo no tiene más remedio que tomar precausiones para no sufrir el destino de Faetón. Al igual que muchos estimulantes, actúa sobre los hombres como fluido espiritual y sobre las mujeres como fluido afrodisíaco. En ciertas fábricas belgas de celulosa, donde el aire se había viciado con vapores de éter, las obreras poseídas por estados de excitación ninfomaníaca tuvieron que ser conducidas por la fuerza a sus casas. Nos ha llegado una información semejante sobre ciertas costureras de la manufactura del guante que empleaban gasolina para las labores de limpieza. Cerca de la trama, conceptos y sentimientos se entretejen en una unidad indiscernible. El hilo sigue corriendo, incoloro, ya casi inmaterial.
El éter ha sido elogiado frecuentemente como remedio contra el alcohol y ha servido como sucedáneo del aguardiente. Así, en irlanda, tras 1840, cuando un brioso predicador de la abstinencia, el Padre Matthew, prohibió el aguardiente a los campesinos.
La idea es sostenible, pues sin duda el éter tiene un efecto " más espiritual " que el alcohol. Y una necesidad espiritual es la raiz de toda ebriedad... "
Ernst Jünger ( 1895-1998 )
( Foto de Jean Moral )
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