He abandonado demasiado tiempo a Mauricio Wiesenthal y es hora de volver a sus libros.
" Los cigarrillos Muratti Ariston son el mejor veneno para un snob. Abro la caja azul y roja y enciendo uno. Me entretengo mirando cómo el humo vuela y baila al son de la música con la fina cinta de terciopelo azul que lleva la joven en su frente.
Cuando se apagan las últimas notas de " Frou-Frou", la muchacha me mira y sonríe. Y, animado por su sonrisa, le pregunto al pianista si conoce el "Vals de Carmen Sylva ".
No creo que nadie se acuerde ya de la reina de Rumanía que, tantas veces, viajó en este tren. Era una mujer hermosa, poética, extravagante como su amiga Sissi y vestía unos " camisones " de terciopelo con mucha pasamanería, atados con un cordón en la cintura, como las cortinas de este Bar Car. Era también espiritista, mística, nerviosa y socialdemócrata como su querida Sissi. Y pertenecía a esa estirpe desgraciada de las reinas que tienen que mostrarse forzosamente alegres, interpretando siempre el difícil número de circo de la realeza, para que los burguesitos crean que existe la felicidad.
Me gustan las reinas tristes y los valses alegres... "
Mauricio Wiesenthal.
( Foto de Harry Meerson )
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