
A cada noche de insomnio hay que ponerle un color, es siempre lo mejor para evitar desafueros internos. Con el desayuno, un poema.
" Fue una idea malísima lo de volver a vernos.
No hicimos otra cosa que intercambiar insultos
y reprocharnos viejas y sórdidas historias.
Luego te fuiste, dando un sonoro portazo,
y yo me quedé solo, tan furioso y tan solo
que no supe qué hacer salvo desesperarme.
Bebí entonces. Bebí como los escritores
malditos de hace un siglo, como los marineros,
y borracho vagué por la casa desierta,
cansado de vivir, buscándote en la sombra
para echarte la culpa por haberte marchado.
Primero una botella, luego dos, y de pronto
me puse tan enfermo que conseguí olvidarte "
Luis Alberto de Cuenca.
( Foto de Fulvio Pellegrini )
1 comentario:
Aunque no todas las noches tengan que ser exclusivamente de color.
Desaforarse un poquito de vez en cuando no viene mal, algo libera y eso siempre viene bien.
Demasiado control deja los músculos rígidos y atrofiados a veces jajaja.
Saludos
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