miércoles, 6 de enero de 2010

UN ÁRBOL DE ORO.


Es noche de Reyes Magos. Vuelvo a la niñez y me encuentro a Ana María.

" Entonces Ivo me explicó :

-Veo un árbol de oro. Un árbol completamente de oro: ramas, troncos, hojas...¿Sabes? Las hojas no se caen nunca. En verano, en invierno, siempre. Resplandece mucho; tanto que tengo que cerrar los ojos para que no me duelan.

-¡ Qué embustero eres!- dije, aunque con algo de zozobra. Ivo me miró con desprecio.

-No te lo creas- contestó-. Me es completamente igual que te lo creas o no... ¡ Nadie entrará nunca en la torrecita, y a nadie dejaré ver mi árbol de oro! ¡ Es mío ! La señorita Leocadia lo sabe, y no se atreve a darle la llave a Mateo Heredia, ni a nadie...¡ Mientras yo viva, nadie podrá entrar allí y ver mi árbol !

lo dijo de tal forma que no pude evitar preguntarle :

-¿ Y cómo lo ves...?

- ¡ Ah! no es fácil- dijo con aire misterioso-. Cualquiera no podría verlo. Yo sé la rendija exacta.

-¿ Rendija...?

- Sí, una rendija en la pared. Una que hay corriendo el cajón de la derecha : me agacho y me paso horas y horas... "

Ana María Matute.

1 comentario:

auroraines dijo...

Qué bonito Almirante, me recuerda a mi lectura en secundaria de Juana de Ibarbouru y la mancha de humedad,
muy tierno.
Paso a dejarte mi saludo y desearte
Feliz día de Reyes
Un abrazo