domingo, 17 de enero de 2010

EXTRANJEROS Y MANCEBÍAS.


José García Mercadal fue director del prestigioso diario "El imparcial", escribió cuentos y rescató del olvido textos perdidos de autores de la generación del 98. En su libro " España vista por los extranjeros" descubro que las mancebías más famosas de los siglos XVI y XVII estaban en Valencia.

En septiembre de 1502, el jefe de la hacienda del emperador Carlos V, Antonio de Lalaing, realiza un viaje a Valencia y nos cuenta...

" Después de cenar fueron los dos viajeros, llevados por algunos gentiles hombres de la ciudad, a ver el lugar de las mujeres públicas, grande como una pequeña ciudad, y cerrado en todo su contorno por muros de una sola puerta. Delante de esta puerta hay dispuesta una horca para los malhechores que pudieran entrar dentro. En la puerta un hombre dispuesto para esto, recoge los bastones de quienes pretenden entrar dentro, y les pregunta si quieren entragarle el dinero que llevan, que se lo devolverá a la salida, sin pérdida. Si lo llevan y no lo entregan, caso de que le roben durante la noche, el portero no responde de ello.

En este lugar hay tres o cuatro calles llenas de pequeñas viviendas, en cada una de las cuales hay mujeres muy lindas, vestidas de terciopelo y de satén, y hay de doscientas a trescientas mujeres. Tienen sus casa adornadas y bien acondicionadas con buena ropa blanca. La tasa ordenada son cuatro dineros de su moneda, los cuales para nosotros significan un "gros" ( en Castilla no pagan más que cuatro maravedises) del que se toma el diezmo, como de otras cosas después declaradas, y no puede pedirse más por la noche (...) Hay dos médicos ordenados y pagados por la ciudad para visitar a las mujeres cada semana, para saber si entre ellas hay algunas enfermas, haciéndoles salir del lugar. Si hay alguna enferma de la ciudad, los señores de ella tienen dispuesto un lecho para ponerlas a cargo de la ciudad, y las forasteras enviadas donde quieran ir "

José García Mercadal (1883-1976)

1 comentario:

Ula dijo...

No es tema sólo de aquellos tiempos, la historia se renueva. Conozco un caso cercano en que el acto de amor, se paga, de una forma u otra ¿O no?.
Respecto a la prostitución, me alegraría que fuera legal, por eso de la sanidad y la asepsia.
El tema no acaba, así que mejor solucionarlo.
Ojos verdes, verdes como la albahaca...
Un saludo,