Decía el monje Thomas Merton que " el primer verso de un poema abre una puerta. Nadie sabe lo que nos espera después. Y menos que nadie, el autor. Pero la puerta que más importa es otra, la que se encuentra tras el último verso ". Acabo de leer un poema de Jaume Pont y el desayuno ha sido largo y pausado, como algunas vidas...
" Si tu memoria muere,
será para vivir eternamente
desde una luz más alta
la ceguera infinita de viajes y astrolabios.
En mí la luz del sueño permanece
anclada en el mortal periplo de las vidas.
Así se alzó la usura,
al azul de secretos mares
y la fiebre enterrada bajo la Cruz del Sur "
Jaume Pont.
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