Me regalan un libro de poesías que me inquieta gozosamente. Está bien escrito, tiene pulso poético y alma vibrante. Mabel Salido ha escrito un libro redondo en el que las estaciones no son pasos, son permanencias.
" Ni tiempo ni lugar asistirán
aunque sepan los árboles
poblarse de presencias rumorosas
y en la calle rebroten tersos
los sonidos que enceran el verano.
Aunque encarne el calor
sobre tacones altos
de los balcones pisando los jacintos,
no habrá tiempo o lugar si no macera
el dios del heliotropo.
No sé mucho de dioses,
pero asisten "
Mabel Salido.
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