El vermouth está casi helado, la rodaja de naranja se mantiene a flote en un vaso bajo y ancho; no me gusta perder costumbres y leo a Luis Alberto de Cuenca.
" Déjame envenenarte con palabras
que te hielen la sangre o te devoren
el corazón, palabras asesinas
que no conozcan la piedad, palabras
que se arrodillen ante tu soberbia
y finjan adorarte mientras urden
revoluciones contra ti, motines
que acaben arrojando por la borda
el bosque en llamas de tus fantasías"
Luis Alberto de Cuenca.
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