Debería leer más a Martínez de Pisón, uno de los mejores escritores que pululan por el suelo patrio. Magnífico narrador y cuentista, se le echaba de menos.
" Aquella misma tarde nos hicimos amantes. No podía ser de otra manera. Estábamos hechos para querernos, y sólo las circunstancias nos habían separado. Yo no ignoraba que estaba infringiendo las medidas de seguridad y corriendo demasiados riesgos, pero me sabía incapaz de resistirme , tan intenso era el deseo que Teresa despertaba en mí. Nos veíamos siempre en mi casa, aprovechando las frecuentes ausencias de mis compañeros de piso y los ratos libres que le permitía su trabajo en el hospital. Si en lugar de citarnos allí lo hubiéramos hecho en un hotel, el riesgo habría sido incluso mayor, y lo único que temía era que la Social se hubiera enterado de su presencia en Barcelona y tuviera vigilada a Teresa. Ella misma, por su condición de mujer casada, era la primera interesada en que lo nuestro no se descubriera. Esa clandestinidad compartida aunque distinta nos unía aún más, y las precauciones se iban imponiendo de forma natural. Antes de entrar en el portal, se aseguraba de que nadie la seguía y, si en algún momento notaba algo extraño o se encontraba con algún rostro familiar, ya sabía que debía pasar de largo. Ella se ocultaba de su marido; yo, de la policía franquista pero también de mis camaradas, que a la primera sospecha me abrían denunciado ante el Comité "
Ignacio Martínez de Pisón.
( Foto de Valery Lorenzo )
No hay comentarios:
Publicar un comentario