lunes, 7 de mayo de 2012
DULCE BELDAD.
La primera vez que leí a Baudelaire fue en París, en el año 1977. En el ejemplar francés de " Las flores del mal ", quedan billetes de metro y del bateau mouche. Es compañero persistente con llamadas perdidas.
" Amo la luz verdosa de tus ojos enormes,
Dulce beldad, mas hoy todo se vuelve amargo,
Y Nada, ni el boudoir, ni la pasión, ni el fuego,
Valen para mí el sol que sobre el mar destella.
Y, sin embargo, ámame con ternura materna,
Aun si soy un ingrato, aun si un malvado fuese;
Sé, mi hermana o mi amante, la efímera dulzura
De un otoño glorioso o de un sol que agoniza.
¡ Corto mandato ! Aguarda la tumba ávidamente.
¡ Ah ! Déjame, la frente posada en tus rodillas,
Gustar, mientras recuerdo el estío blanco y tórrido,
El áureo y dulce rayo de la tardía estación "
Charles Baudelaire ( 1821-1867 ) ( Traducción de Antonio Martínez Sarrión )
( Foto de Jerry Carter Smith )
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2 comentarios:
No soy madre natural sino adoptadora y hoy he recibido la llamada más hermosa que una hija pueda dedicar a una madre: estoy pletórica.
A la mía he dedicado emotivos discursos aunque ya no esté viva.
Ah, me confieso tradicional que no tradicionalista.
Como dijo un surrealista: todos estamos solos al nacer y hasta el morir. Es lo que hay.
Saludos
B E L L Í S I M O !!!!
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