Suelo dedicar un día a la semana a leer novelas de Torrente Ballester. Me gusta su uso del idioma y las imágenes eróticas que nos regala. Con el té, " Las sombras recobradas".
" Lo que a Afrodita le llamó la atención fue el contenido de las maletas que halló en su cuarto y que inmediatamente deshizo y curioseó. En una encontró trajes para diversas horas y ocasiones ( lo adivinaba con sólo verlos, por ciencia infusa ), y en otra los utensilios de tocador, con los mejunjes de que su piel, al parecer, necesitaba ( se la palpó, la recorrieron sus dedos, desde la frente a la barbilla, y la halló tersa); fue el contenido de la tercera lo que le arrancó verdaderos gemidos de entusiasmo e incluso de estupor, puesto que allí venían inesperadas menudencias y frivolidades para ponerse debajo o para dormir, y era todo tan sutil, de tan suave color y de tacto tan deslizante, que por unos instantes se quedó turulata, sin otro movimiento que introducir las manos en el burujo de ropa como quien las mete en una catarata de espuma, sólo por la sensación. Después de aquel placer se imaginó con ellas puestas, y como hubiera dificultades o cierta falta de precisión en los resultados, se desnudó en un santiamén y comenzó a probárselas delante del espejo y a comprender lo que ganaba una mujer que tenía que irlas quitando en presencia de un hombre, o que permitía a éste que la fuese desplumando : en comparación, los mantos y las túnicas de antaño resultaban de un primitivismo decepcionante... "
Gonzalo Torrente Ballester ( 1910-1999 )
( Foto de Benoit Courti )
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