Desde lejos se nota que ha perdido todo. Su cuerpo soberbio fue clamor de perdiciones; ahora, su mirada destiñe a cada instante. La recuerdo con una tela de organdí que se pegaba a sus nalgas gloriosas. La droga y el alcohol la han llevado al peor infierno de esta vida; le quedan macarras y chulos que quieren pescar en el lago seco de su alma.
Llega la poesía amatoria de Caballero Bonald.
" Parpadean las luces o eres tú
que me miras a ráfagas, vacilas
tercamente a mi lado y pones
como una intermitencia de cristales
litúrgicos entre el sexo y la música ?
Quien aquí vino a hurgar
en la parte más neutra
de la noche, convicto
permanece en su duda, a extramuros
del tiempo, nunca más cómplice,
sólo esperando ya qué importa qué "
José Manuel Caballero Bonald.
( Foto de Mark Shaw )
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