jueves, 20 de septiembre de 2012
TACTO Y PRECIPICIO.
Después de una visita rápida a los periódicos digitales y cierta sensación de que hay demasiado pamplineo político, sobremesa con Torrente Ballester.
" ... ¿ Qué trámites me llevaron desnudo al lecho de Lislott desnuda ? ¿ Qué caricias, qué besos, qué palabras, hasta allí ? Ella me susurraba no sé qué, y yo permanecía distante, lo mismo que el que penetra con miedo en lugar desconocido y seductor, que quien recela asomarse a un precipicio. Entonces, ella dijo : " No sabes, te enseñaré. " Buscó mu mano. Guiada por la suya, la hizo recorrer su cuerpo, morosamente, y a través de la mano asombrada me llegó la conciencia de estar acariciando y a la vez conociendo lo terrible, ese fuego sin luz que cuanto más miedo causa, más atrae. Si quiero volver a la realidad y decirte sencillamente que por primera vez toqué el cuerpo de una mujer anhelante, miento sin pretenderlo, miento porque esas palabras no dicen nada, ni siquiera lo suficiente para llegar a entender y , sobre todo, para empezar a vivir. Una cosa, sin embargo, te puedo asegurar : jamás sabrá la mirada lo que aprende la mano (... ) Así, a oscuras, el olfato y el tacto me revelaron lo que no hubiera adivinado nunca, y al tiempo me embriagaba. Y como el tiempo se había desvanecido también, ya te lo dije, no sé lo que duró aquel éxtasis... "
Gonzalo Torrente Ballester ( 1910-1999 )
( Foto de autor desconocido )
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