lunes, 23 de junio de 2014

ILANA.


             Por la calle me cruzo con una nórdica que parece sacada de una película de Ingmar Bergman, hierática y con una mirada que quema. Me pregunta por la la Sinagoga y le insisto en que no deje de mirar la estatua de Maimónides, seguro que se alegra.

                 Leo a Amos Oz.

    " Mi respuesta a tu pregunta es: No. No vendré a verte, excepto en sueños tal vez. Si me hubieras rogado que me mantuviera apartado de ti, que tuviera piedad de ti y no mancillara con mi presencia la pureza de tu nueva vida con tu humilde violinista de restaurante que toca tu Stradivarius, puede que hubiera acudido volando. Pero me estás implorando, Ilana. El espeso olor de tu deseo, el olor de higos que fueron arrancados hace demasiado tiempo, llega hasta aquí. Si bien no negaré que me deja atónito ver cómo te esfuerza en evitar tu impenitente hábito y escribir esta carta sin mentiras. Está muy bien que intentes mejorarte a ti misma. Sigue así durante un tiempo.
    Debo una respuesta a tu simple y astuta pregunta: ¿ por qué me divorcié de ti hace siete años y medio? 
    Bien hecho, Ilana. Diez puntos por hacer la pregunta… "

        Amos Oz.

        ( Foto de autor desconocido )

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