lunes, 4 de julio de 2011

HIJO DEL APÓLOGO.


Uno de los mejores cuentos que he leído en mi vida es de Leopoldo Alas, Clarín. Se llama " ¡Adiós, Cordera! " y hace llorar. ¿Su secreto?, creo que no confundir ni enredar largamente. Emilia Pardo Bazán también lo sabía.

" El cuento, hijo del apólogo, no se presta a disgresiones y amplificaciones : las campañas líricas, sentimentales y sociales de Jorge Sand y de Victor Hugo, hinchan, dilatan las ideas; son admisibles en la novela propiamente dicha, porque para la novela no hay reglas ni límites (...) En el cuento hay que proceder de distinto modo : " concentrando" (...) Ha de ceñirse el cuentista al asunto, encerrar en breve espacio una acción, drama o comedia. Todo elemento extraño le perjudica (...) No es, pues, una diferencia de dimensiones tan sólo lo que distingue a la novela larga del cuento o novela breve. Es también una inevitable diversidad de procedimientos "

Emilia Pardo Bazán ( 1851-1921 )

( Foto de Izis )

Paganini - Sonata for violin & guitar.

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