Coincido con el poeta Félix Grande en la descripción de un infierno. Leo sus poemas en la tarde rota y larga; escucho cante jondo y el té helado sabe a miradas.
" El bien irreparable que me hizo tu belleza
y la felicidad que se llevó tu piel
son como dos avispas que tengo en la cabeza
poniendo azufre donde conservaba tu miel.
¡ Cambió tanto la cena! Botijas de tristeza
en vez de vasos de alba tiene hoy este mantel
y aquel fervor, espero esta noche a que cueza
para servirme un plato de lo que queda : yel.
Rara la mesa está : la miro con asombro,
como y bebo extrañeza y horror y absurdo y pena.
Se acabó todo aquel milagro alimenticio
tras un postre espantoso me levanto y te nombro
que es el último trago de dolor de esta cena,
y voy solo a la cama como quien va al suplicio "
Félix Grande.
No hay comentarios:
Publicar un comentario