jueves, 5 de julio de 2012
UNA FUNESTA PASIÓN.
Después de " Carta de una desconocida ", he recordado otro libro de Zweig, del que también hay película, "Veinticuatro horas de la vida de una mujer ". Al buscarlo en el anaquel de mi biblioteca, me he llevado algunas sorpresas. Con el desayuno, repaso amores maduros y descubro a un jugador.
" Hice de noche el viaje a París; una vez allí, me trasladé de una estación a otra y salí directamente hacia Boulogne, de Boulogne a Dover, de Dover a Londres, de Londres a la casa de mi hijo; todo el viaje lo hice en un solo vuelo, sin meditar, sin reflexionar; cuarenta y ocho horas durante las cuales todas las ruedas del tren parecían hacer sonar esta única palabra : ¡ Lejos !, ¡ Lejos !, ¡Lejos !
Cuando, al fin, penetré inesperadamente en la casa de mi hijo, situada en el campo, todos se asustaron : algo habría en mi aspecto que les hizo adivinar mi angustia. Mi hijo quiso besarme, abrazarme. No se lo permití ; me horrorizaba la idea de que pudiese tocar unos labios que yo consideraba manchados. Eludí toda pregunta y únicamente pedí un baño, del cual sentía absoluta necesidad , no sólo para quitarme el polvo del viaje, sino también para echar de mi cuerpo el más leve resto de mi pasión por aquel loco, por aquel ser indigno (...) El tiempo, sin embargo, posee una fuerza profunda y la vejez un poder singular para quitar intensidad a los sentimientos... "
Stefan Zweig ( 1881-1942 )
( Foto de Cecil Beaton )
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